Termino mis clases del día, faltan casi dos horas para que me den un aventón a casa.
El clima es un dulce fresco seco de Monterrey en otoño.
Sentado en una de las pocas bancas que reciben sol y que esta menos zurrada por las hurracas frente a la biblioteca de la universidad.
No me siento muy bien, mis antebrazos fríos por el efecto secundario del antidepresivo, que además me hace pensar soy defectuoso.
¿Qué hago? Voy a la cafetería “Borrego” frecuentada por los y las nice y populares, no creo acepten a este defectuoso.
Mejor entro a la biblioteca a seguir leyendo sobre temas como “Como Ganar Amigos e Influir Sobre Las Personas” de Carnagie.
Excelente libro, funciona solo si las intenciones son honestas y con empatía, si no, los resultados son breves y efímeros.
En varias ocasiones he escuchado a mi cuñada J decir “no leyó a Carnagie”, cuando el tema es de alguien abrasiva(o) y confrontante.
En mi refugio leí muchos libros sobre de como influenciar, manipular y leer a las personas, destacan la falsa dicotomía y la manipulación con estadísticas.
Recientemente me doy cuenta de que esto que consideraba una derrota me ha ayudado mucho en lo personal y en los negocios.
En múltiples ocasiones he sido bien remunerado por atender juntas para interpretar a las personas.
Mis reportes algo así como:
- El tema x no les interesa, los perdimos o aburrimos…
- Cuando se mencionó xx, se les “abrieron los ojitos”, les es importante…
- Están en contra de xxx, se alejaron y cruzaron los brazos y piernas…
- Hicieron hincapié en xxxx, tema que no se habíamos considerado, interesante…
- Se refirieron a xxxxx con una frase algo despectiva, para ellos es de valor desechable…
- Fulanito(a) estaba en la junta para medirnos (tal para cual, jajaja)…
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