En una entrevista reciente a mi sobrino M (músico de profesión, en sus tiempos libres ingeniero civil) comento que cuando comenzó en la música (y aún) le preocupaba fallar y por eso practicaba mucho antes de tocar.
Cuando inicie trabajando yo también tenía mucha un miedo a fracasar y me esforzaba mucho en informarme.
Eran los días de infancia del internet, era muy fácil posicionar a un sitio web en primeros lugares de búsquedas orgánicas en los buscadores1.
Pero era difícil vender el desarrollo de una página web, las personas no entendían de que se trataba o los beneficios que podrían obtener.
Un día al ver que había perdido al prospecto en la venta, le dije “su sitio no carecerá del elemento cachondo”.
Con esto el ambiente cambio y pude cerrar la venta.
1 Altavista, Yahoo y luego Google
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