En media docena de ocasiones me han confundido con ser un padre.
Generalmente ha sido en los entornos de iglesias, no sé si es porque vestía pantalones caqui y camisa/guayabera blanca.
Por lo general alguien me saludaban diciendo algo como: “hola padre…”
La más memorable fue cuando acompañaba al padre A en Monterrey a una iglesia donde celebraría una misa por el 20 aniversario de generación de la facultad dental de mi esposa A+.
Llegando a la parroquia ayude al padre a cargar su vestimenta, caminábamos juntos.
En el patio una persona de la iglesia nos recibió, se dirigió a mí asumiendo yo era padre para presentarse y decirme “hola padre lo estamos esperando”.
A la fecha esto me causa risa, creo al padre A también.
No hay comentarios