Casi podría jurar que la siguiente anécdota sucedió hace 35 años, aunque cuando les he preguntado a los que posiblemente tuvieron parte, todos me han dicho que no la recuerdan.
Por lo tanto considerar esto 55% ficción y 55% mentiras.
Una tarde como a las 6pm llegue a la oficina de mi compadre R, abogado, el primero de su generación que estableció su despacho legal.
R esta muy emocionado por que compro y estaba probando una impresora de martillo (dot matrix).
No solo podía imprimir en dos colores, pero también podía hacerlo en varias tipografías.
Mientras me está enseñando la impresora, empiezan a llegar otros licenciados y amigos.
Uno de ellos menciono que se acababan de otorgar los “premios Weberson Gold” en ciudad Victoria, celebrando a los burócratas más huevones del estado.
Algo así como los Oscars y con diferentes categorías; se reían de cada premio, mencionaban quien hubiese ser mejor ganador.
Siendo el único del grupo no abogado, no conocía a los ganadores y perdedores de estos galardones.
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