Lunes 1:15am pasaditas, mi padre cita a mis hermanos y a mí a su oficina.
El día anterior fueron elecciones municipales muy reñidas donde mi padre contendía.
En ese momento todo indicaba que los resultados no nos favorecían.
Agradeció nuestro apoyo, nos informó sobre las consecuencias de la derrota, no entendía por el porqué de los resultados (luego lo sabríamos*).
Proféticamente nos dijo: nos llevo la chingada, lo que sigue es que vamos a recibir golpes por todos los lados, lo único que les pido es mantener la unión familiar.
Tenía razón los putazos no tardaron en llegar de lejos y también de cerca.
Los siguientes años me fueron amargos, ahora lo veo de forma positiva:
- Me di cuenta de quién es quién en mi vida
- La unidad familiar nunca se rompió, de hecho, se fortaleció
- Mi padre se mantuvo con el apoyo de sus amigos, no solo eso, prospero.
* El domingo de las elecciones llovió mucho (un diluvio), por lo tanto, muy pocos salieron a votar. El fraude fue que rellenaron las urnas con demasiadas boletas apócrifas y estas rebasaban a los votos. La única forma de que no quedara huella es deshacerse de la evidencia, por lo tanto, quemaron el edificio y acusaron a mi padre por esto.
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