Mi primo S y yo muchas veces fuimos juntos a nuestros ranchos (45 minutos de Matamoros).
En estas idas aprendí mucho de S, sobre todo de agricultura, contabilidad y de la vida.
Cuando la conversación se acaba de temas agrícolas y regresábamos a Matamoros oyendo la FM, en varias ocasiones S toco un tema de la incoherencia de personas, instituciones, políticas o actos que eran totalmente absurdos.
Invariablemente antes de entrar al tema S pronunciaba las tres mismas palabras:
- “Mamadas” (pronunciandola de forma algo lenta y derrapante)
- “Mamadas” (igualmente pronunciada de forma lenta, pero con gran disgusto)
- “Mamadas” (esta tercera pronunciación lo hacía con desanimo)
Hoy me acorde de las “mamadas cubicas” por que tuve una interacción muy absurda con poderes fácticos locales.
No hay comentarios