Mi primo R es abogado, desde hace mucho tiempo vive y ejerce en Dallas, Texas.
Es vecino de Don Henley, me dice frecuentemente lo ve caminar y que una vez lo vio platicando con Troy Aikman en las gradas de un partido de basquetbol de su hija.
Me ha platicado varias anécdotas de personas que ha defendido.
Como la de la mujer que entro a Walmart un jueves día de dar gracias de forma normal, pero salió embarazada por concepción inmaculada de un pavo congelado.
La del señor que salió de un HEB con 26 pollos de habiendo pagado menos de $20 dólares, porque pago en el cajero automático pasando un código de barras por menos de un dólar para cada pollo.
O la del señor que salió de un Home Depot con un abanico de cielo bajo la ropa, me dice R que a la fecha no sabe cómo esto es físicamente posible.
Pero la que más destaca, es cuando estaba en el pasillo de una corte en espera de audiencia, vio a una jovencita muy triste en un a banca.
- Le pregunto: ¿por qué estás aquí?
- Le contesto: por qué soy prostituta.
- ¿Por qué tan triste?
- Por que yo antes ganaba de $4,000 a $6,000 a la semana y ahora solo gano $2,000 dólares.
- Mi primo se rió y le dijo: aun así, ganas más que yo.
Algo parecido a el dicho, “nada es caro en esta vida, lo que pasa es que no ganamos lo suficiente..”