Mi suegro tiene muchos años como miembro de un club de cacería y pesca.
Entre los miembros estaba un socio que todo mundo lo conocía y/o se referían a él como el pinche vato.
Porque era muy maldiciento, ya que su padre así lo había creado, y no por maldad.
Había algunos socios que no sabían su nombre, pero sí que era el pinche vato.
Cometa mi suegro que era muy buena persona y dispuesto de dar de sí a sus amigos.
Al suegro no se le olvida una vez que el pinche vato dio un pésame por la muerte del padre a otro socio por teléfono, algo como:
“Ahh ahh pinche vato, oye pinche Bone, supe que el viejo masco el mecate, eh no te preocupes, aguanta la riata hijo de tu pinche madre, no sea culero.”
Mejor escucha la versión de mi suegro:
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