Depresión: el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado (definición altamente abusada).
En la mejor de las instancias la palabra depresión me incomoda, de ahí le sigue la repulsión, hasta llegar al hastío/veneno.
La progresión: depresión >> psiquiatra >> antidepresivo >> un total infierno molecular.
Bendecidos los que no nunca han estado “deprimidos” y no lo entienden.
¿Qué pasaría si hubiera una forma de entrar en el cerebro de otra persona?
De poderse, algunas preguntas:
- Las ideas en palabras creo serian fácil de entender/captar, pero quiero más, también quiero sentir las emociones y sensaciones de su cuerpo.
- ¿Si entro en el cerebro de otro lo que viví/experimente ya queda como parte de mí?
- ¿Qué sentiría si lo comparo con mi existencia? tristeza, alivio, novedad, ira, decepción, vergüenza, etc.
- Si alguien esta dispuesto a esto ¿Qué me dice de esa persona?
- Si se hace sin consentimiento ¿Cuál es la ética y legalidad de esto?
Mi conclusión:
- Qué bueno esto no es posible, me imagino seria adictivo y enfermizo, la idea de comunión existencia acabaría con todo el valor de individualidad.
- Al que nunca ha experimentado la depresión (sensación de estar en un pozo bajo un abismo, sin ganas de salir, solo hacerlo más profundo, más doloroso) no quisiera la conozca.
- Tengo el presentimiento que el observador desquiciaría con esta capacidad, sintiéndose Dios.
No hay comentarios