Conocí a mi esposa A en el segundo blind date organizado por amigos de ambos.
Al primer date no me presente o cancele última hora, algo no me pareció bien, la cita iba a ser en una boda.
• Si vas a hacer un primer blind date nunca lo hagas en un lugar o entorno donde habrá más conocidos.
• Si quieres ser aún más precavido hazlo a medio día, esto da a ambos la excusa de tener que irse por alguna razón.
Pasaron varios años y nuestros mismos amigos volvieron organizar un segundo date a mi insistencia.
Iba algo aprensivo sabiendo no le agrado nuestra primera cita fallida.
Esta vez era comida a medio día en un restaurante con espacios mas reservados.
Cuando la vi me dije “está muy bonita no la vallas a cagar”.
Platicamos mucho, le sorprendía que ambos teníamos muchos amigos en común pero nunca nos habíamos conocido; cuando hablaba de ella y su familia yo trataba de absorber todo lo que decía.
La comida se prolongó a merienda, el tiempo se contrajo; al despedirnos el tiempo se expandió, pasarían muchas horas antes de que la volviera a ver.
Así comenzó una “Crónica de un matrimonio anunciado”.
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