Una noche llegué tarde a casa de mis padres y encontré a mi madre en la cocina.
Ella estaba curioseando un mezclador de pila para bebidas que le quería regalar a su tío. Algo similar al de la foto.
Yo ya andaba algo arreglado y se me hizo fácil decirle que con este aparato si se puede hacer de un culo un rehilete.
Como era de esperarse me hizo una cara de disgusto, y no me quedo más opción que retirarme a mi recamara en calidad de marcha de la vergüenza.
Afortunadamente el tema nunca lo volvimos a tocar.
No hay comentarios