En mi juventud había comerciales en la TV americana de un abogado dispuesto a defenderte, inferido creo era que lo haría aun cuando te habías “portado mal”. Su slogan era “no deje que la ley lo castigue”. Precursor a todos los actuales abogados payasitos (el martillo, el tiburón, el brazo fuerte, la pistola, la reata) abusando del sistema para…